Episotomía

  • Por ams

La epsisiotomía es el corte que realiza el obstetra durante la fase expulsiva del parto con el objetivo de intentar facilitar la salida del bebé y evitar desgarros no controlados de la zona perineal y anal en la mujer. Actualmente existe un debate muy profundo entre los profesionales sanitarios sobre su efectividad y un consenso cada vez mayor sobre el uso excesivo que se ha realizado de la misma, situación ésta que está empezando a corregirse.

El masaje perineal durante el embarazo, es una técnica útil y eficaz para prevenir una intervención mediante episiotomía.

Hay estudios recientes que demuestran que el masaje perineal durante el embarazo (siempre a partir de la semana 34) y conseguir un buen tono de estos músculos mediante ejercicios controlados y adaptados a cada paciente, reduce significativamente el porcentaje de episiotomí­as realizadas, por lo que si no hay contraindicación por parte del obstetra es muy importante aprender a realizarlo (Antenatal perineal massage for reducing perineal trauma). Una vez la episiotomí­a se ha realizado es fundamental que además de la revisión ginecológica acudas a la valoración del fisioterapeuta, ya que te duela o no al mantener relaciones sexuales o en tu vida normal puede producir adherencias, fibrosis, etc. que afecten al correcto funcionamiento de las estructuras musculares y ligamentosas que hay a su alrededor.

La aplicación de terapia manual, ultrasonidos o diatermia sobre la cicatriz y los tejidos cercanos reduce las adherencias y fibrosis aliviando con ello el dolor.

El tratamiento precoz de los sí­ntomas provocados por la episiotomí­a, generalmente dolor durante las relaciones sexuales, al sentarse o incluso al caminar, incontinencia urinaria, etc. hace que estos desaparezcan con técnicas muy sencillas como el propio masaje perineal, estiramientos, etc. y en ocasiones con técnicas un poco más especí­ficas como el ultrasonido y la diatermia. Es además, especialmente importante la disminución o eliminación del dolor como primer objetivo en la recuperación postparto debido a que el dolor puede influir en la capacidad de control y contracción de la musculatura de suelo pélvico. La opción de volver a operar esa cicatriz sólo debe realizarse una vez se haya realizado un tratamiento serio de fisioterapia sobre la misma sin obtener resultados positivos. Si finalmente se llega a este momento, tras la cirugí­a es fundamental complementarlo con tratamiento de fisioterapia para evitar que la nueva cicatriz derivada de la cirugí­a vuelva a fibrosarse demasiado y a generar los sí­ntomas de nuevo.